AURELIO MACCHI: UN SINCRETISMO TITÁNICO
Por Guillermo CUELLO / Artista Visual / Pintor
Se dijo mucho acerca de Aurelio y tampoco lo suficiente. “Tardará, ya sé que tardará” … en llegarnos (como en el poema de Girondo) , algo que sea muy trascendental, ya para nosotros y no para él , en un país – que sabemos – suele devorarse como Saturno a sus hijos, pero ni siquiera bajo el signo-mito de Cronos, tan solo “caprichosamente” porque son sus mejores hijos. Ya vendrá un gran libro, nuevas generaciones que deseen re-descubrirlo. Otras exposiciones de su magnifica obra y legado. Sabemos de sus trabajos, del Monumento a La Bandera en Rosario; del “Caballito” que modeló con tan solo 15 años para el San Martín que está en la Plaza de Lomas de Zamora; de su amistad con Lucio Fontana; con Badíi; con el “tano” Pujía; Dagá; "el vasco" Oteiza; Leo Vinci ; Di Teana o Martín Blaszko entre otros tantos Artistas . Que estudió en La Grande Chaumière; que Ossip Zadkine alguna vez le dio una “paliza memorable , de las que te hacen Grande “ (Ver el video del MNBA en el blog www.gcequipo.blogspot.com ) ... un Grande de verdad. Sabemos (sé) también, que se frenó en la puerta de la casa de Picasso que lo esperaba…y que no entró. No iba a sacarse “La Foto” de pacotilla. Prefirió caminar, recorrer el París de los pensamientos, el de las dudas, más allá de Descartes…de las calles frías y húmedas, como quien busca una naturalidad y una esencialidad medulares, que lo harían fuerte. Poderoso y modesto, austero y sabio a la vez.
Tuve la fortuna de haber trabajado cuatro años con él, en Escultura, Pintura y Dibujo en su taller de Saavedra, siempre, “entre té y té para varios “, el de Elsa Espeleta , su mujer, que no perdía detalles; o bien bajo la mirada casi “inquisidora” de “Lucía”, la excepcional modelo “negra”, que “revisaba” de vez en cuando, las obras de quienes allí trabajábamos para constatar si habíamos captado su carácter ; o bien, otras tardes “como para descansar “ aprendía historia con Abraham Haber a quien generosamente, había acogido en su estudio . Fue a fines de los ´70 y estuve, por suerte también (o acaso por ese azar que en arte no existe), cerca suyo hasta el final de sus días, admirando obras de Frank Gehry, mientras me recordaba una vez más: “Guillermo : cada cosa en su sitio, ¿ves…ves? que esto no molesta aquí, ¡que bien resuelve! “ “Hay que seguir aún como Aristóteles, tras una verdad, así seremos contemporáneos y permaneceremos unidos en el espacio y en el tiempo, a pesar de la diferencia de generación, de sitio, de país”.
Así, con este Maestro, se resolvían muchas cuestiones, sobre todo aquellas, que siempre te dejaban desnudo ante las puertas de algún gran misterio. Donde había tinieblas Aurelie estaba para despejarlas.
Se dijeron y se dirán muchas cosas, pero la que me permito remarcar, no ya la del Macchi del modelado que admiraba a Rodin ( y protestaba ante el ritmo esperado de un Moore) , sino la del Maestro de la talla, que conocía a la perfección el recorrido de las fuerzas internas de un tronco, las de la naturaleza... que sabía, a la vez, liberarlas, siempre en sentido contrario a lo devastador-desvastador del artesano, que repite ritmos y tiempos, sino que él, enseñaba : siempre desde dentro hacia afuera… y que es en sus tallas, donde se dio el mayor de los sincretismos, no –obvio- en el sentido religioso que se le suele atribuir a este término, sino como esfuerzo ciclópeo para conciliar dos cosas muy potentes: el románico catalán y lo mejor de la estatuaria mapuche, aquello de la interpenetración auténtica, creadora , entre culturas diferentes, sin olvidar la estatuaria africana que solo tangencialmente abordó. Por ello, no fue un “Expresionista” , no respondía al expresionismo escuela, más bien, se enmarca en el expresionismo actitud (a-temporal) , aquel que sabe reconocer lo manso de Fidias; La “Rondanini” de Miguel Ángel” o más atrás, en el tiempo, lo exacerbado de el “Laocoonte” .
Por Guillermo CUELLO / Artista Visual / Pintor
Se dijo mucho acerca de Aurelio y tampoco lo suficiente. “Tardará, ya sé que tardará” … en llegarnos (como en el poema de Girondo) , algo que sea muy trascendental, ya para nosotros y no para él , en un país – que sabemos – suele devorarse como Saturno a sus hijos, pero ni siquiera bajo el signo-mito de Cronos, tan solo “caprichosamente” porque son sus mejores hijos. Ya vendrá un gran libro, nuevas generaciones que deseen re-descubrirlo. Otras exposiciones de su magnifica obra y legado. Sabemos de sus trabajos, del Monumento a La Bandera en Rosario; del “Caballito” que modeló con tan solo 15 años para el San Martín que está en la Plaza de Lomas de Zamora; de su amistad con Lucio Fontana; con Badíi; con el “tano” Pujía; Dagá; "el vasco" Oteiza; Leo Vinci ; Di Teana o Martín Blaszko entre otros tantos Artistas . Que estudió en La Grande Chaumière; que Ossip Zadkine alguna vez le dio una “paliza memorable , de las que te hacen Grande “ (Ver el video del MNBA en el blog www.gcequipo.blogspot.com ) ... un Grande de verdad. Sabemos (sé) también, que se frenó en la puerta de la casa de Picasso que lo esperaba…y que no entró. No iba a sacarse “La Foto” de pacotilla. Prefirió caminar, recorrer el París de los pensamientos, el de las dudas, más allá de Descartes…de las calles frías y húmedas, como quien busca una naturalidad y una esencialidad medulares, que lo harían fuerte. Poderoso y modesto, austero y sabio a la vez.
Tuve la fortuna de haber trabajado cuatro años con él, en Escultura, Pintura y Dibujo en su taller de Saavedra, siempre, “entre té y té para varios “, el de Elsa Espeleta , su mujer, que no perdía detalles; o bien bajo la mirada casi “inquisidora” de “Lucía”, la excepcional modelo “negra”, que “revisaba” de vez en cuando, las obras de quienes allí trabajábamos para constatar si habíamos captado su carácter ; o bien, otras tardes “como para descansar “ aprendía historia con Abraham Haber a quien generosamente, había acogido en su estudio . Fue a fines de los ´70 y estuve, por suerte también (o acaso por ese azar que en arte no existe), cerca suyo hasta el final de sus días, admirando obras de Frank Gehry, mientras me recordaba una vez más: “Guillermo : cada cosa en su sitio, ¿ves…ves? que esto no molesta aquí, ¡que bien resuelve! “ “Hay que seguir aún como Aristóteles, tras una verdad, así seremos contemporáneos y permaneceremos unidos en el espacio y en el tiempo, a pesar de la diferencia de generación, de sitio, de país”.
Así, con este Maestro, se resolvían muchas cuestiones, sobre todo aquellas, que siempre te dejaban desnudo ante las puertas de algún gran misterio. Donde había tinieblas Aurelie estaba para despejarlas.
Se dijeron y se dirán muchas cosas, pero la que me permito remarcar, no ya la del Macchi del modelado que admiraba a Rodin ( y protestaba ante el ritmo esperado de un Moore) , sino la del Maestro de la talla, que conocía a la perfección el recorrido de las fuerzas internas de un tronco, las de la naturaleza... que sabía, a la vez, liberarlas, siempre en sentido contrario a lo devastador-desvastador del artesano, que repite ritmos y tiempos, sino que él, enseñaba : siempre desde dentro hacia afuera… y que es en sus tallas, donde se dio el mayor de los sincretismos, no –obvio- en el sentido religioso que se le suele atribuir a este término, sino como esfuerzo ciclópeo para conciliar dos cosas muy potentes: el románico catalán y lo mejor de la estatuaria mapuche, aquello de la interpenetración auténtica, creadora , entre culturas diferentes, sin olvidar la estatuaria africana que solo tangencialmente abordó. Por ello, no fue un “Expresionista” , no respondía al expresionismo escuela, más bien, se enmarca en el expresionismo actitud (a-temporal) , aquel que sabe reconocer lo manso de Fidias; La “Rondanini” de Miguel Ángel” o más atrás, en el tiempo, lo exacerbado de el “Laocoonte” .
Se lee, se siente, permanentemente : en los ajustes de formas, en la no reiteración del "golpe" para las reverberaciones de la luz en la madera. Nunca dejó de ser él mismo. Es aquí, donde está la casa del “duende de Lorca”, el don mayor de alguien que jamás abandonó su hachita, sus “humildes herramientas” que trabajaba todos los días, y que conocía a la perfección el secreto de aquellas fuerzas ocultas, casi vírgenes y siempre monumentales.
Hoy estamos en la Sociedad post-espectáculo ( a lo Debord) en el peor de los sentidos .
Estamos muy adentrados en la especularidad del espectáculo especular especulador.
La industria del entretenimiento, ha pasado por encima de la presencia de la imagen prístina, casi sagrada. Pero tampoco es tan así. "Todo está por hacerse aún " , nos decía Macchi . Así será. Tenemos unos 40 mil años de arte o más aún, y ello, no se abandona, ni se pierde, en el mundillo de lo preconcebido, del estereotipo que garantiza “éxito” no más allá de los 15 minutos de fama de “Andy”.
Tenemos a uno de nuestros mayores creadores entre nuestras manos aún, con una obra, realmente potente que debiéramos saber merecer.